Miletos era una próspera ciudad a orillas del Mar Egeo junto a la desembocadura del rio Meandro. Su esplendor se inmortalizó a través de los grandes hombres que nacieron allí. Famosos arquitectos, filósofos y matemáticos llevaron el nombre de la ciudad por todo el mundo y perdura hasta nuestros días. Si hoy nos acercamos hasta Miletos podremos admirar los restos de su fabuloso teatro, construido hace 2.400 años y con una sorprendente capacidad para 25.000 personas.
Existen documentos que hablan de Miletos en la época del Imperio Hitita, en el año 1400 AC y la ciudad fue muy importante durante el periodo griego. Alejandro Magno la liberó de los persas y durante el impero romano recibió la visita de San Pablo. Tras pasar de manos bizantinas a poder de los turcos, los sedimentos del rio Meandro empezaron a colmatar la bahía y la ciudad fue abandonada ya en época otomana. Hoy en día, la costa está situada a 10 Km de los restos de la ciudad.
Miletos fue cuna del padre del urbanismo, Hipódamo de Mileto, diseñador de las ciudades con calles paralelas que tan conocidas nos resultan hoy. También nació allí Tales de Mileto, el gran filósofo y matemático cuyos teoremas sobre los triángulos siguen estudiando nuestros niños hoy en día. El arquitecto de la impresionante Basílica de Santa Sofía fue Isidoro de Mileto, otro hijo de la ciudad que asombró al mundo.
Todos ellos conocieron el teatro que nos recibe cuando llegamos a los restos de la ciudad. Aunque la fachada del monumento se derrumbó hace siglos, el resto del teatro está bastante bien conservado. Los accesos y vomitorios están en uso y resulta muy familiar porque es el mismo sistema que se usa actualmente en los estadios y polideportivos.
Cuando los griegos comenzaron su construcción en el siglo IV antes de nuestra era, tenía una capacidad para 5.000 personas pero los ingenieros romanos lo reformaron y ampliaron su capacidad hasta las 25.000 personas. Sin duda, Miletos era una gran ciudad en aquella época y merecía un teatro como aquel. La reforma romana habilitó el lugar para que pudieran celebrarse combates de gladiadores.
El teatro tiene 140 metros de diámetro y la acústica sigue siendo excepcional a pesar de la falta de escenario. Desde abajo podemos ver las columnas que señalan la presencia del palco imperial y subiendo por sus escaleras se aprecia la decoración con patas de animales que había en los peldaños. Gracias a las inscripciones que hay en las gradas, sabemos había zonas para los distintos grupos de animadores, incluso un sector para los judíos que explica la importancia que la ciudad tuvo en época de los comienzos del cristianismo.
Desde lo alto del teatro podemos ver las ruinas de Miletos, merecedoras por si solas de una entrada separada. Si planeamos visitar Miletos, podemos aprovechar la excursión para visitar Priene y Didim.
http://es.wikipedia.org/wiki/Mileto
http://www.viatorimperi.com/mileto
http://www.lugaresbiblicos.com/mileto.htm