Si visitas Turquía y pides un café turco, no se te ocurra removerlo!! Fue lo que hice yo la primera vez y me resultó horrible ya que comencé a beberme todos los posos, porque lo que caracteriza a este café es precisamente, que los posos quedan depositados en el fondo de la taza. Una vez que aprendes a tomarlo, se convierte en un placer. Lo cierto es que al principio resulta un sabor muy fuerte, pero no tardaremos en aficionarnos a tomarlo.
En realidad, el café turco no es una simple bebida que se toma tras la comida, es toda una cultura.
Si visitas el país no dejes de probarlo, posee un sabor único y muy especial.
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Para los turcos el café turco «türk kahvesi» no es sólo un tipo de café, es la forma de prepararlo y cocinarlo. Cada uno es diferente y único, la espuma, el olor, la presentación..Este café es toda una seña de identidad.
Para los turcos no solo imprescindible después de la comida también en cualquier momento a lo largo del día, si es en compañía, mejor. Es por ello que en los últimos años hayan proliferado los establecimientos que se han especializado en servir este tipo de cafés.
También existe todo un mercado alrededor, cafeteras eléctricas, los cazos tradicionales para hervirlo al fuego»cezve», tazas de diferentes materiales y variados diseños, bandejas,..
Sin olvidarnos de las pastas especiales para acompañarlo «kurabiye» y las delicias turcas «lokum» que siempre se sirven junto a él.
A los turcos les encanta estar en la calle, incluso en los días más fríos. No hay ningún inconveniente para salir a la calle y tomarse un café al aire libre. Encontraremos muchos bares y cafeterías en los que en sus terrazas, cuando hace frío, instalan estufas portátiles para que podamos charlar, beber un té o café turco y mientras echar una partidita de backgammon.
Después de hablaros un poquito de este café, os explicaré como prepararlo:
Los mejores granos de café para hacer café turco son: mocha, java y tostado vienés. También los granos menos aceitosos de café árabe son una buena elección. Pide los granos en molido extra fino. Deben ser tan finos como la cocoa en polvo. También puedes tú moler el café con un molinillo.
Si tenemos café turco ya preparado,que son los granos de café tostados y muy finamente molidos, lo usaremos.
Así que necesitamos: Café muy molido, agua y azucar.
Si te gustan las especias como sabor, también puedes seguir la versión árabe del café turco añadiendo lo siguiente:
- 1/2 cucharadita de semilla de cardamomo machacada, o
- 1/8 cucharadita de cardamomo en polvo, canela, nuez moscada o clavos de olor.
La cantidad de agua dependerá del número de tazas que queramos preparar, ya que será la medida que utilizaremos, para 1 persona será 1 taza de agua, para 2 usaremos 2 tazas de agua y así sucesivamente.
Por cada taza de agua, 2 cucharillas de café ( cuchara de café o de postre)
Se puede elegir poco dulce «az sekerli» ( 1 cucharilla de té de azucar), medio dulce «orta sekerli»( 2 cucharillas de azucar) o muy dulce «çok sekerli» ( 3 cucharillas de azucar).
Echaremos en el recipiente el agua, el café y el azúcar. Lo removemos todo bien, mejor con un tenedor y lo ponemos a fuego lento hasta que comience a hervir. Cuanto más lento lo cocinemos, mejor estará. No debemos removerlo una vez que lo pongamos a calentar.
Cuando la espuma comience a burbujear, transfiere la espuma a medida que se forme a las tazas con una cuchara pequeña. Luego, cuando la espuma llegue al borde del recipiente, retira del fuego y sirve el café, con los posos y todo. Cuanta más espuma tenga por encima, más apreciado será.
Para conseguir un café más espumoso, pasaremos la espuma a las tazas con una cuchara según se vaya formando. Luego regresa el cezve al fuego y repite dos veces antes de servir el café líquido en las tazas. Para preservar la espuma que ya has puesto en las tazas, vertemos el café cerca del borde de las taza, no en el medio.
Ya está listo para servir, siempre acompañado de alguna delicia turca y un vaso de agua.
Disfruta el rico sabor , pero deja de beber cuando llegues a los posos. Son precisamente estos posos los que usan para leer el futuro o la providencia en muchos lugares del país.