Edirne, la puerta de la Tracia, nos ofrece un monumental casco histórico a escasos 225 Km de Estambul. Aunque solo vayamos un día a Edirne, podemos visitar una gran cantidad de lugares dada la cercanía entre ellos. Una de las visitas obligadas es la conocida Mezquita de los Tres Balcones, famosa porque sus cuatro minaretes son diferentes entre sí y el más alto de ellos da nombre al monumento porque tiene tres balcones, algo inusual en el siglo XV. Tras visitar la soberbia Mezquita Selimiye y degustar el famoso hígado preparado al estilo de Edirne, no hay que dudar en dirigirnos a conocer la Mezquita de los Tres Balcones.
Cerca de la Torre de Macedonia y de la bulliciosa calle Saraçlar, encontramos uno de los monumentos más conocidos de Edirne la elegante Uç Şerefeli Camii. Fue construida entre 1437 y 1447, inmediatamente antes de la conquista de Constantinopla que supuso el traslado de la capital del imperio desde Edirne a la metrópoli.
Los estudiosos de la Arquitectura sin duda conocen las peculiaridades de este edificio, una obra de transición entre las mezquitas selyúcidas y las otomanas. Inmediatamente llama la atención porque los cuatro minaretes son distintos, tanto en decoración como altura. El que da nombre a la mezquita fue, con sus 67 metros, el más alto del mundo durante años hasta que fue superado por los minaretes de la Mezquita Selimiye. Tiene tres balcones y está decorado con un dibujo en zig-zag en blanco y rojo, como curiosidad, en su interior tiene tres escaleras, una para acceder a cada balcón y es uno de los primeros minaretes en incorporar esa novedad. El siguiente minarete está decorado en espiral y tiene dos balcones. Los otros dos solo tienen un balcón, uno esta decorado a cuadros y el otro con líneas verticales.
Además de la curiosidad de los minaretes, la mezquita destaca por un precioso patio en el que la colorida decoración del interior de las cúpulas marcó una tendencia en las mezquitas turcas de los siguientes siglos. Desde luego, es uno de los más bonitos que he visto y la reciente restauración permite que lo disfrutemos en todo su esplendor.
En el interior de la mezquita nos llama la atención su gran cúpula, poco habitual en las mezquitas de su época que solían tener un conjunto de cúpulas pequeñas. De hecho, sus 24 metros de diámetro la hacen mayor que muchas cúpulas de mezquitas imperiales de Estambul. Nuevamente, el buen estado en el que está el monumento, permite admirar todo el colorido de la decoración de la cúpula, columnas, etc.
Cuando salgamos de la mezquita, tenemos que contener el ansia por correr al cercano bazar construido por Mimar Sinan y detenernos para mirar hacia atrás y contemplar la famosa puerta de entrada. Entonces ya podemos lanzarnos a por nuestros recuerdos de Edirne, los conocidos jabones en forma de frutas de colores y las escobas de la buena suerte.
http://wikitravel.org/en/Edirne
http://www.edirnetravel.net/three-balconied-mosque