Troya

OdeónUno de los lugares más unidos a la mitología es sin duda Troya. Desde que Homero escribió la Iliada, la ciudad pasó a formar parte de lo más épico de nuestra cultura. Todos conocemos las historias de Aquiles, Ulises, Helena de Troya y el caballo con el que engañaron a los habitantes de la ciudad. En el extremo de la península de Anatolia, muy cerca de la entrada al Estrecho de los Dardanelos, podemos visitar las ruinas de aquella ciudad fundada hace 5000 años y que hoy atraen a miles de visitantes que acuden a pisar por los mismos lugares donde estuvieron los héroes.

Caballo de TroyaCuando preguntamos sobre las ruinas de Troya normalmente nos dicen que apenas quedan restos de la ciudad y que no esperemos encontrar nada que nos recuerde a las historias que conocemos. Sin embargo, en la misma entrada tropezamos con la reproducción del mítico caballo de madera que tantas veces hemos visto en libros y películas. Cuando entramos en él y contemplamos los alrededores desde su altura, nuestra imaginación empieza a trabajar y completa lo que nuestros ojos no ven en los escasos restos que hoy se pueden visitar.

En realidad, las excavaciones han encontrado 10 Troyas. La ciudad se encontraba en un punto de paso obligado entre el Egeo y el Mar Negro y su bahía era el lugar donde los barcos se refugiaban de las fuertes corrientes del estrecho en espera de vientos propicios. Ello siempre hizo de Troya una ciudad muy próspera, producto del comercio y de las fértiles tierras que la rodeaban. Pero eso también despertaba la codicia de sus vecinos y Troya fue atacada y destruida una y otra vez a lo largo de los siglos. Cuando nos cuentan esto durante nuestra visita, nos acercamos al borde de la ciudad y siempre hacemos la misma pregunta. ¿Donde está el mar? Porque desde lo que fueron las murallas de la ciudad apenas se vislumbra la entrada a los Dardanelos al final de una llanura llena de cultivos. La explicación es la misma que en muchos otros lugares, los rios han depositado durante siglos sus sedimentos en la bahía hasta cubrirla por completo. En Troya han sido el Escamandro y el Simoeis los encargados llevar la línea de la costa a casi cinco kilómetros del lugar donde estaba el puerto.

Rampa acceso a TroyaA pesar todo, sigue siendo posible ver los restos de las míticas murallas de Troya, incluida la entrada principal de la ciudad por donde Paris salió para nunca volver camino de su enfrentamiento con Aquiles. Tras las sucesivas destrucciones, la ciudad volvía a levantarse y hoy los restos de las diferentes Troyas están en capas situadas unas encima de otras. Los historiadores han encontrado que la Troya número 7 fue destruida por una batalla y al menos otras dos Troyas fueron arrasadas por terremotos. Ello convierte la vista en un continuo viaje en el tiempo, tan pronto estamos ante una muralla de hace tres mil años, como paseamos por la calzada que visitó Alejandro Magno setecientos años después o contemplamos los restos de un Odeón de la época romana. El resultado es una visita muy especial.

Si nos acercamos a Çanakale, además de visitar la península de Gallípoli, contemplar las vistas del Estrecho de los Dardanelos, saborear el excelente aceite de oliva y probar el conocido dulce local que se llama «peynir helvasi», no hay que dejar de visitar los restos de Troya.

Mapa Norte del Egeo***

Ver mapa del norte del Egeo

http://es.wikipedia.org/wiki/Troya

http://mividaesviajar.com/viaje-ruinas-troya-turquia/

http://elpais.com/diario/2007/08/24/revistaverano/1187906401_850215.html


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