Suleymaniye. La mezquita de Solimán el Magnífico.

SuleymaniyeLa Suleymaniye es una obra que reúne todos los elementos para ser excepcional. Es la mezquita más grande de Estambul, fue levantada por el más importante de los sultanes otomanos, la construyó el mejor arquitecto del imperio y está situada sobre una de las siete colinas de Estambul por lo que está presente en las vistas más conocidas de la ciudad. Por si todo ello no fuera un reto suficiente, desde el momento de poner la primera piedra se sabía que el edificio sería comparado con Santa Sofía. A pesar de todo, el resultado estuvo a la altura de lo que se esperaba y el edificio es un magnífico e innovador monumento, indudablemente uno de los más destacados de la arquitectura otomana y que trajo nuevos conceptos propios de su tiempo. Nuestra visita a Estambul no puede dejar de lado la Suleymaniye, la mezquita de Solimán el Magnífico.

SuleymaniyeLa mezquita está situada cerca del Gran Bazar, tras la antigua Universidad de Estambul. Esa ubicación sobre el Cuerno de Oro, elegida por Solimán el Magnífico para que dominara la ciudad, la mantiene hoy algo apartada del flujo masivo de turistas que visitan la Mezquita Azul y Santa Sofía pero el menor número de visitantes no es más que uno de sus atractivos. La Suleymaniye no es solo una mezquita sino que, al igual que las otras mezquitas imperiales, es un complejo (Kulliye) en el que también hay escuelas, hospital, comedor para necesitados y hamam, todo ello diseñado y construido por el maestro Sinan entre 1550 y 1558.

Suleymaniye PatioLa Suleynamiye tiene un diseño muy similar al de Santa Sofía. La enorme cúpula de 26 m de diámetro descansa sobre cuatro arcos y se apoya en dos semicúpulas. Aunque las dimensiones son algo inferiores a las de la basílica bizantina, estamos ante un edificio de un concepto más moderno. La simetría está muy cuidada, los soportes de la estructura están ocultos y el interior no está compartimentado y proporciona una gran sensación de amplitud. Mas de 200 ventanas con cristales decorados traen luz al interior y las alfombras siempre están impecablemente conservadas. El edificio tiene una estructura exterior en forma de pirámide, lo que fue una absoluta novedad. Solimán hizo traer columnas de diversas partes del imperio para mostrar la extensión de sus dominios, una de ellas llegó en barco desde Alejandría. Para no restar protagonismo a la construcción, el interior tiene muy poca cerámica de Iznik y las maderas presentan sencillos diseños en marfil y madreperla. El Mihrab y el púlpito son de mármol.

Suleymaniye interiorSinan dedicó mucho tiempo de estudio a la Suleymaniye, llegando a asumir personalmente la dirección de las obras cuando se aproximaba el momento de la entrega de la gran mezquita. El arquitecto otomano diseñó un sistema acústico que permite escuchar perfectamente las palabras del imán en toda la mezquita, aunque el tono de voz sea bajo. Para ello colocó docenas de vasijas de cerámica distribuidas por la cúpula para que el sonido se amplificara. Se cuenta que el maestro se sentaba a fumar su narguile en distintas partes de la mezquita para comprobar como se escuchaba el sonido de las burbujas en el recinto. Otra peculiaridad es la referida a las velas que antiguamente se utilizaban para iluminación. Sinan ideó un sistema de corrientes de aire provocado por la circulación de agua bajo el suelo, de esa forma se conseguía que el humo de las velas se dirigiera hacia una habitación situada sobre la entrada y se protegía la decoración de las paredes y de la cúpula. Finalmente, el hollín que se recogía en la habitación se utilizaba para producir una tinta de excelente calidad que era muy apreciada por los calígrafos de Estambul.

Suleymaniye PatioLa Suleymaniye tiene un magnífico patio porticado y la fuente de abluciones es intencionadamente parecida a la Kaaba de la Meca. Como corresponde a la mezquita de un sultán, tiene cuatro minaretes. Los dos más cercanos al edificio tienen tres balcones cada uno y los dos del extremo del patio tienen dos balcones. Los diez balcones en total simbolizan que Solimán fue el décimo sultán otomano.

Cuando la Suleymaniye estuvo terminada, Sinan esperó la llegada del Sultán en la puerta de la Mezquita con las llaves en la mano. Cuando Solimán contempló el edificio, devolvió las llaves al arquitecto y le dijo que el honor de abrir la puerta le correspondía a quien más había sufrido para que el monumento fuera una realidad. Hoy podemos visitar la tumba de Solimán junto a la mezquita y también encontraremos la de Roxelana su esposa favorita. El sultán concedió a Sinan los terrenos situados al noroeste del complejo y el maestro vivió allí el resto de su vida. Además de la vivienda. los establos y la escuela de arquitectura, había tiendas que otorgaban a Sinan una sustanciosa renta. Finalmente, él también fue enterrado allí y su tumba se encuentra frente a la esquina norte del complejo en la calle que lleva su nombre.

Mapa Estambul***

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